sábado, 2 de julio de 2011

Segundo capítulo.

Me he dado cuenta de algo.


Querido diario:

Ayer te conté el secreto mejor guardado de toda mi vida. Y hoy, tras un agotador día, vuelvo a ti para escribir en tus páginas otro relato más sobre mi jornada.

No te puedes imaginar la extraña sensación que da al ver el tiempo parado. Sientes una soledad más inmensa que jamás antes has podido captar, o has podido sentir. Por un momento eres dueño del tiempo y del mundo. Puedes vagar por las calles bajo la mirada de miles de maniquíes petrificados que apenas 5 segundos antes radiaban vida. Es como si una onda expansiva tuviera la culpa de provocar a esta gente su congelación, lo que ellos no saben es que la causa de todo reside en mí. En mi extraña presencia.

Hoy, por el contrario, no ha sido un día de esos. Cuando voy por la calle siempre me gusta mirar a las personas para saber qué puedo captar de ellas, qué pueden transmitir. En mi día tengo dos rutinas que cumplo siempre: la primera es que cada mañana me siento en el bordillo de mi ventana mirando cómo, abajo, interactúan las personas, si realmente esa sonrisa brindada al panadero o a sus vecinos es cierta, es sincera. Por la tarde, tengo la segunda de mis rutinas; elijo una zona de la ciudad, cada día, distinta y me paseo observando lo mismo que por la mañana pero a nivel del suelo, para estar más cercana a ellos. Hoy, y por primera vez, he percibido algo extraño en una persona. Concretamente, en la mayor enemiga de mis amigos. Era una sensación poco usual, no sentía inseguridad, ansiedad, falsedad, hipocresía, nerviosismo o incluso sinceridad; sensación que solía captar muy a menudo. Era como si una fuerza mágica hiciera algo extraño en ella haciéndola especial y diferente. La seguí en silencio y a una distancia prudencial un rato, pero tan sólo en un momento de dispersión para echar un ojo a los coches  y poder cruzar hizo que desapareciera de delante de mí su figura.

Me he quedado con esa imagen, con esa sensación durante todo el día, intentando captar algo, intentando descubrir qué significa eso. Hoy, creo que me he dado cuenta, que no soy la única en el mundo con un "don" especial.

2 comentarios:

  1. Hala, que la "mala" tiene poderes ò.ó habrá que seguir leyendo, me gusta... me gusta. Me gusta que esté en forma de diario.

    ResponderEliminar
  2. Ajáaa, ya verás lo que tengo preparado para los tres capítulos siguientes capítulos.

    ResponderEliminar