sábado, 2 de julio de 2011

Quinto capítulo.

El chico de la mariquita en el dedo.

Querido diario:

He de reconocer que últimamente he estado un poco ausente, casi no te cuento cosas con sentido, sino tres frases absurdas, las primeras que se me vienen a la cabeza, y concluyo así mi día. Sin embargo, no me ha pasado nada interesante. Te parecerá extraño dado que yo no soy alguien "poco interesante" para la mayoría. Pero este don - o mal, según se mire - no está dando de sí todo lo que podría, no sé cómo explotarlo, es más, no sé cómo usarlo bien todavía. Es estúpido, tanto tiempo conviviendo con él y aún es un auténtico desconocido...

Para romper con la monotonía de estas semanas me ha pasado algo que es digno de contar. Como cada viernes, mis amigos y yo nos reunimos en casa de Susan ya que sus padres siempre se van de cena con sus amigos. Ese viernes además, no se quedarían en casa, por lo que decidimos montar una fiesta privada. Solo nosotros. Comenzamos con una película alimentándonos a base de palomitas, refrescos y algunas pizzas que encargamos. Luego karaokes y para continuar unas rondas de "yo nunca". Ya estaba entrada la noche y el alcohol empezaba a hacer estragos en nuestros cuerpos y entonces ese "Yo nunca" que a todos nos marcó: "Yo nunca he tenido superpoderes" dicho por Kevin, hizo que todos nos miráramos uno a uno esperando a ver quién era el primero en beber. Para nuestra sorpresa, ninguno bebió. 

Efectivamente, sin darnos cuenta todo nuestro grupo de amigos tenemos un don en concreto, algo especial. Sin embargo, parece ser que ellos lo controlan mejor que yo y se las pueden ingeniar muy bien con él. Esa noche uno a uno nos fuimos revelando nuestros secretos empezando por los que yo ya sabía, el de Susan y el de Kevin, les proseguí yo y luego Paul nos contó que tenía telequinesia, Aria se podía transformar en aquella persona que pensara y Tom era capaz de hacerse lobo cuando quisiera. Decidimos que este sería nuestro gran secreto y que al saberlo nuestro deber era protegernos. Como si de superhéroes se tratara. Nos sentíamos poderosos juntos.

A la mañana siguiente, cuando salí de casa de Susan para dirigirme a la mía me paré un rato en el parque que está a medias entre ambas casas, para, como siempre, mirar a la gente que pasaba. No estaba de humor, tenía mucha resaca de la noche anterior y lo que quería era estar en un lugar tranquilo viendo pasar a las parejas jóvenes y a las que no lo eran tanto. Quería escuchar los pájaros y que la brisa me enredara suavemente el pelo. Y entonces le vi a él. El chico más misterioso y extraño que jamás había mirado. Estaba sentado en un banco próximo al mío pero en la fila de enfrente y estaba observando una pequeña mariquita que tenía en su dedo. Tenía el pelo castaño, el pelo engominado hacía arriba, iba vestido con una camiseta roja y unos pantalones oscuros y en sus pies unas Vans Classic de color rojo. Me pasé un largo rato mirándole, hasta que en un momento, pareció darse cuenta de mi presencia y se fue. Percibí una sensación muy rara, casi igual como la que sentí cuando me encontré con Grace aquella vez. ¿Mi intuición querrá decirme algo?

2 comentarios:

  1. Hala ò.ó menudo grupito de amigos, que sin saberlo tenían todos poderes, como mola, podrían ponerse nombres de superhéroes y combatir el mal ... Ams bueno yo solo digo las cosas que se me pasan por la cabeza. Me gustan los poderes *-*

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